Pintura, fotografía, cine
Legimi
Moholy-Nagy creía que la educación artística era de fundamental importancia, razón por la cual, a pedido de Walter Gropius, trabajó como docente en la Bauhaus en Weimar (1923-1925), en Dessau (1925-1928) y en Chicago, donde se estableció a partir de 1937. Para Moholy-Nagy, enseñar no solo significaba educar de forma teórico-práctica, sino también abarcaba la formación moral del ser humano: la educación como medio para allanar el camino para el "hombre nuevo y total". En Pintura, fotografía y cine, postula una de las teorías más importantes e innovadoras sobre la fotografía y su potencial para cambiar la visión y la comunicación. En sus doce ensayos, no solo argumenta a favor de la fotografía como un medio de creación, en lugar de un proceso mecánico de grabación, sino también afirma que ella será la base de la percepción en el mundo moderno. Para el autor, el ojo humano no puede ser una fuente confiable de percepción, pues está incapacitado para la interacción directa con el ritmo y la simultaneidad del mundo moderno. La fotografía genera una nueva condición de percepción: más allá de la mera reproducción, es un modelo perceptual que induce sensaciones y estímulos particulares. Moholy-Nagy define la fotografía como un medio productivo que expande lo visible y conduce a una transformación de la percepción humana. "A través de conexiones formales y espaciales –escribe– nuestro ojo completa el mensaje recibido y crea un fenómeno óptico con nuestra experiencia intelectual para crear un concepto-imagen [Vorstellungsbild], mientras que el aparato fotográfico reproduce la imagen puramente óptica y, por lo tanto, muestra grabaciones, distorsiones, recortes, que se conservan en la visión". Pese a su insistencia en la "imagen puramente óptica", la discusión sobre la fotografía no se limita a los efectos y formas ópticas. Su insistencia en la pureza tiene que ver con aislar la fotografía de nuestro instinto para asimilar lo que percibimos a través de la memoria.
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